Como es tradición, el
poema Las Uvas del Tiempo sirve para esta fecha como una forma de despedir el
año viejo y dar la bienvenida al nuevo año. Para ponernos a tono con algunos
declamadores navideños, escribimos un remedo de esta célebre obra del poeta
cumanés Andrés Eloy Blanco.
A los amigos lectores que deseen
declamar este poema en familia, les recomendamos hacerlo con la misma inflexión
con que lo recitaba Luis Edgardo Ramírez.
Los
Panes Duros del Tiempo
Madre:
esta noche / se nos muere un año. / Los conspiradores y golpistas / no cesan de
bailar al ritmo de gaitas, / merengues y vallenatos, / mientras lanzan
cohetones, tumba ranchos, / estrellitas y mata suegras. / ¡Ah, como gritan!, /
todos están contentos / porque tienen el dólar de Bush rondando cerca.../ ¡Pero
en e lfondo, se sienten solitarios, / tan solos!; pero sueñan,/ con que el amor
del pueblo / algún día tuvieran. /
Algunos aún viven con tu recuerdo dólar, / cuando costabas 4.30, / y muchos para
ver a Mickey Mouse/ y al Pato Donald, / viajaban hasta Disney World / con la mujer, los niños, / la
cachifa, la tortuga, / el perro, el gato, el peluche y la suegra./
La
noche del 31, es la noche / cuando muchos de ellos se ponen una venda, / para no
ver que en la plaza Altamira / hay aún muchos golpistas sueltos, / y al pueblo, el desasosiego sólo le dejan. /
En mi familia es tradición / que la noche del 31, / cuando la campana / del
reloj anuncia / que el Año Nuevo llega, / todos coman al compás / de la canción
de Tony Camargo, / los doce uvas / de la Noche Vieja. / Ciertas personas, /
llevándose las manos / a la cabeza se enteran / que al fugitivo Carlos Ortega /
la policía ni su mujer / en ningún lugar jugando Bingo lo encuentran. /
A
la mujer y al hombre que están abandonado, / en la campaña electoral / le decían
cosas de dura gentileza: / “Tome la Tarjeta Mi Negra. / No se preocupe, / que es
otra mentira blanca, / pajaritos preñaos que vuelan con ella”. / Y el beso de Rosalito
a medianoche: / “La bendición, mi Negra, / que el pobre Dios te proteja”../ Y Rosalito,
riéndose, / se limpiaba sus labios escuálidos / delante de ella. / Después hablaba
Petkoff / y como una hallaca piche y malojilla,/ cual cúpula podrida,/ se quedaba
presidiendo la cena./
Oposición,
como son ácidos / los ansiados billuyos de la ausencia. / Y ahora Oposición, /
que tan sólo tienes / las Doce Mentiras Blancas / que dijo Petkoff en la Noche
Vieja. / Hoy sé que exprimes / el llanto de tus ojos, / en el recuerdo / de un
plato de peltre golpeado y vacío / En
cambio, el pueblo alegre festeja / que la elección presidencial ya pasó / y la
oposición se quedó / con los crespos hechos / ofreciendo peras al horno / y
escuchando cantos de ballena. / El pueblo también festeja / que La Poleo y
Carmona, / López Sisco y Orlando Urdaneta, / Carlos Andrés y Cecilia, / Condoleezza
y Bush, / bien lejos se encuentran. /
En
esta algarabía de la ciudad borracha, / todas las ONG financiadas por el NED /
tienen el dólar de Bush cerca. / En cambio, en el invadido Irak / la vida tiene
la visión apagada de una novia tuerta.../ Y destilarán los ex militares
golpistas / y los saboteadores petroleros / toda la acidez del mundo / cuando introduzcan
ante los tribunales / las acusaciones penales / que los fiscales anuncian /
después de la Noche Vieja./
Madre,
esta noche se nos muere un año. / Y la oposición mastica pesadamente, sin
tragar, / las Doce Mentiras Blancas del mal tiempo,/ mientras aparentan que
saborean / un delicioso pan de jamón / al ritmo del cantos de ballenas / que canturrea
Rosalito / para ahuyentar la derrota /
que le dejó la Noche Vieja. /
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