DE VIDAL A VIDAL




Nota de la administradora: El siguiente, es un texto escrito por Vidal Chávez López en enero de 2003, con motivo del cumpleaños número 40 de Vidal Atencio, quien para la fecha ejercía el sacerdocio. Publicamos este discurso a pocas horas de la partida física del eterno "Padre Vidal", amigo del otro Vidal -El Chino- quien en el 2008 se nos adelantó en el viaje, pero que por arte de magia sigue deleitándonos con su pluma magistral al reencontrarnos con parte de sus creaciones. Disfruten este homenaje de Vidal a Vidal.




Vidal Atencio y Vidal Chávez


       
Debemos advertir que no es nuestra intención hacer aquí una extensa conferencia sobre la vida del padre Vidal Atencio. Es más, conociéndolo muy bien, sabemos que no permitiría que cometiéramos esta osadía, esa imprudencia intelectual con relación a su sencilla persona.

       Creemos que lo mejor que logremos decir del padre Vidal, él mismo lo ha expresado y lo ha ido construyendo con tenacidad, fortaleza y trabajo, a través de sus 40 años de vida productiva, de los cuales tiene 18 dentro de un sacerdocio identificado con los más desposeídos, con los que menos tienen, que es siempre esa mayoría de hijos bienaventurados de Dios.

       Dice un conocido tango que veinte años no son nada. Siguiendo en el mismo tono melódico, algunos pueden decir entonces que 40 años son el doble de nada. No obstante, en el caso del padre Vidal sus cuatro décadas de vida, que sus amigos y sus fieles celebramos fervorosa y efusivamente hoy aquí, no han transcurrido en una entelequia improductiva, ya que el padre Vidal es un hombre que, a pesar de su juventud, puede mostrar un quehacer que ha estado al servicio del Zulia y, por qué no, en favor del país.

De tal modo, todos sabemos del Vidal sacerdote, del Vidal periodista y del  Vidal amigo. Sin que esto quiera decir que existe un Vidal Atencio dividido en tres personalidades diferentes y acomodaticias para cada ocasión. Al contrario, uno fortalece, refuerza y enriquece al otro.

Por tanto, si asumiéramos el gravísimo desliz o la equivocación de separar uno de los otros, perderíamos la visión totalizadora, la autenticidad de quién es en verdad el padre Vidal Atencio.

 El Vidal sacerdote, con la praxis y la generosidad de la fe que nos salva, respalda al periodista para que se produzca el milagro de hacer triunfar la verdad. Sobre todo en estos momentos cuando el periodismo venezolano se encuentra tan cuestionado y que, con la globalización, el sesgo y la manipulación de la información, la mentira se amplía mucho más.

A su vez, el Vidal periodista al develar la verdad facilita que el sacerdote manifieste en la razón el sustento de la relación y la entrega de su ministerio con esa presencia que es Dios y que plenamente justifica y nos alimenta a todos.

Por su parte, el Vidal amigo descubre en la relación, en su comunión con su prójimo, con los demás, la armonía y la afinidad necesaria para que el sacerdote y el periodista puedan enriquecer a su semejante, como una forma de reconciliar y purificar su propio corazón en su andar en la búsqueda auténtica del camino, la verdad y la vida. Por todo estos argumentos, repetimos que el quehacer de comunicador social, el ministerio sacerdotal y amistad pródiga del padre Vidal debe verse como un todo.   

Después de estas cortas reflexiones, en este acto litúrgico, recordamos una frase de Beltrand Russell: “Si me dan la opción de volver a vivir de nuevo, la aceptaría”, sobre todo si sabemos que de nuevo nos vamos a encontrar con un sacerdote, un periodista y con un gran amigo como lo es el padre Vidal Atencio.

Por tanto, damos las gracias a Dios, por tener al padre Vidal entre nosotros. Gracias.



Vidal Chávez López.

Iglesia Las Mercedes, 03 de enero de 2003.


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