Historiador Juan
Romero: “La zulianidad mal entendida representa un retroceso”
“Una élite utiliza el
regionalismo
zuliano para su propio
beneficio”
“Detrás de grupos políticos y
económicos y sus postulados
secesionistas, existen intereses
internacionales que tienen
como objetivo apoderarse de las
enormes riquezas petrolíferas
y carboníferas que posee el Zulia”,
afirma el historiador Juan Romero
“El gobernador Manuel Rosales está
creando un marco
colectivo de interpretación de la
realidad sobre el eufemismo
de la llamada “Zulianidad”, que se sustenta en la sustitución
de los símbolos del Zulia por los de
su partido político”
Vidal Chávez López
El historiador Juan
Romero entra a su oficina de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de
LUZ. Su caminar es calmoso, con un dolor ahogado que le impide dejar escapar
algún gemido. Sin embargo, desencaja con facilidad la frescura de una sonrisa que
le alivia el alma, después de haber sufrido ese día un cólico nefrítico. Bien
medicamentado, obviando el padecimiento renal, que por poco causa la suspensión
de la entrevista, nos atiende amablemente y sin excesivos formalismos.
Se arrellana cómodamente en la silla, para que el cálculo
renal no pierda el centro de gravedad de su cuerpo y se convierta en una tormentosa
piedra sísifica. Sus ojos, acostumbrados a leer textos de historia, ahora tratan
de descifrar la letra garabateada del récipe que le entregó el médico que lo
atendió en la consulta de emergencia.
Viste jeans y una camisa a cuadro. Su cabeza desconoce las
bondades del peine, pues lleva el cabello cortado al rape. En cambio, sus ideas
son densas y las expresa en un discurso que fluye coherente, lineal, sin dejar
cabos sueltos. Su voz toma el tono profesoral, académico, a medida que va entrando
en la materia que nos ha convocado: los eufemismos
autonómicos que, apelando al regionalismo, a la llamada Zulianidad, han surgido
nuevamente en esta región del país con la intención directa de dividir, social,
política y económicamente a Venezuela.
-Nunca han faltado intentos para sembrar la secesión en el
Zulia, dice categóricamente mientras se pasa la mano por la cabeza sin ningún
tipo de tropiezo.
Hacemos
notar que cuando Juan Romero emplea los términos “secesión” y su derivado
“secesionismo” se refiere a procesos y movimientos encaminados a crear estados
soberanos a partir de regiones u otras divisiones administrativas
pertenecientes a estados ya independientes, como es el caso de Venezuela.
Juan Romero se graduó de historiador en la Facultad de
Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia. Es profesor agregado de
LUZ. Diplomado en la George Washington University en Estudios Avanzados en
Gobernabilidad y Gerencia Pública. Investigador acreditado en el Programa de
Promoción al Investigador del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Magíster en
Historia Social y Política Contemporánea en América Latina. Estuvo becado por
el Instituto Bartolomé de las Casas del Perú, para cursar estudios sobre
Cultura e Historia Andina.
Cuatro
Intentos
Es el momento
preciso de comenzar a plantear ideas concretas, de repensar un tema que el
entrevistado ha tratado en profundidad en la cátedra, en la investigación, foros, conferencias
nacionales y regionales en el área de historia de las ideas y el pensamiento
político. Apasionado y minucioso asume la reflexión. Sin
ambages va al centro del tema.
-Históricamente
las élites del Zulia siempre han estado detrás de los propósitos secesionistas que
insisten en la autonomía fiscal y política de la región. De hecho, hay tres
grandes momentos en los que el planteamiento de secesión cobró mucha fuerza. En
el primero, que comprende desde la Declaración de la Independencia, con los
actos del 19 de abril de 1810 y la convocatoria del Primer Congreso Nacional
Constituyente de 1811, se diseñó desde el Zulia un rechazo a lo que era la
dinámica de la etapa histórica que vivía la nación. Para la fecha, las élites planeaban
transformar al Zulia en la cabeza de la Capitanía General de Venezuela. Por lo
tanto, este fue un intento secesionista muy importante. Sin embargo, a través
de la incidencia que tuvo José Domingo Rus Ortega, político, abogado y diputado
de la provincia de Maracaibo ante la Cortes Generales y Extraordinarias de la
monarquía española, el Zulia decidió mantenerse fiel a la Corona en lugar de avanzar
en el proceso secesionista. Esta fidelidad a España explica por qué el escudo
de Maracaibo dice: “La muy noble y leal ciudad”.
Romero explica y vuelve a explicar para desentrañar con
exactitud el hecho histórico que es objeto de su análisis.
-El segundo período en el que se propone el secesionismo del
Zulia abarca desde la existencia de la República de Colombia, consagrada en la
Constitución de Cúcuta promulgada en 1821, hasta su definitiva disolución a
partir del Movimiento de “La Cosiata” en 1826, que definió la separación del Departamento
de Venezuela de la República de Colombia. En ese momento la élite marabina,
conformada por grupos económicos e intelectuales, hace resurgir la posibilidad
de que el Zulia se constituya en una nación independiente. Ante esta propuesta,
el general Rafael Urdaneta, valiéndose del poder político y económico obtenido durante
la Guerra de la Independencia, se puso a la cabeza de una matriz de opinión
para impedir que las élites regionales pudieran avanzar en su proyecto secesionista.
Agrega
que la tercera tentativa secesionista del Zulia, es la más conocida y fue dirigida
por Venancio Pulgar. En 1868 el gobierno de la
Revolución Azul, nombra a Pulgar como jefe de operaciones en el Zulia y los
Andes. Pero al año siguiente, cuando el “régimen azul” exige la entrega de la
aduana de Maracaibo para ser administrada directamente por el gobierno
nacional, se genera una confrontación con los poderes regionales. En el auge de
este conflicto, el 20 de mayo de 1869, Pulgar desconoce al gobierno nacional, declara
la autonomía del Zulia y pone al estado en pie de guerra, acción en la que es
apoyado por las fuerzas económicas y políticas de la región. Pero el 28 de
octubre de 1869, José Ruperto Monagas llega a Maracaibo, domina la situación y
envía preso a Pulgar al castillo Libertador de Puerto Cabello.
-Este
movimiento orientado a separar al Zulia de Venezuela fracasa nuevamente, entre
otras causas, porque Jorge Sutherland, general en jefe y gobernador civil de
Maracaibo, se convierte en la contrafigura de Pulgar. De tal modo, se opone a sus
ambiciones personales y logra que gran parte de la élite marabina entienda que
es preferible convivir con la nación centralizada y el gobierno autocrático de Antonio
Guzmán Blanco, antes que aventurarse en la constitución de un Estado nación que
no tenía ninguna posibilidad de éxito.
Romero se ha olvidado del cólico nefrítico y cierra el puño
de la mano derecha, como si tratara de apretar mejor la idea que desea
expresar.
-El cuarto movimiento secesionista ha sido escasamente
estudiado, pero es importante resaltarlo. Este movimiento comienza a
articularse desde 1914, año que marca el comienzo de la explotación petrolera
del país en gran escala. Al conocerse el gran potencial de los yacimientos de
hidrocarburos que poseía el Zulia, las compañías petroleras Standard Oil Company y la Mene Grande Oil Company, en alianza con las fuerzas económicas marabinas, trataron
de resucitar el sueño de los fracasados proyectos separatistas. De tal manera,
apelando al conocido sentido regionalista del zuliano y que la actividad
petrolera favoreció más a esta zona que al resto del país, se volvió a replantear
la autonomía desde la perspectiva de que el Zulia era una provincia desasistida
por el gobierno central, que generaba grandes recursos económicos para la
nación, sin recibir nada a cambio.
La zulianidad
no debe ser
ajena
a la venezolanidad
El grabador Panasonic Recording Fast Playback, modelo 2001,
hace un inesperado toque técnico, por decir algo ante la imprecisión de la
falla. El entrevistador, después de presentar la disculpa respectiva, tiene que
convertirse en aprendiz de técnico de la electrónica para comprobar la carga de
las pilas alcalinas Hi-quality, extra heavy duty, AA size, format R6 UM-3, 1.5
voltios. Superado el bache tecnológico, el historiador Romero -sin apuro y
retomando el hilo de la conversación- va soltando las palabras para aclarar y
trazar algunos deslindes en cuanto a la mejor forma de entender el
regionalismo.
-La zulianidad mal entendida representa un retroceso
antropológico y sociológico. La visión correcta es valorar las identidades, los
símbolos, las tradiciones, las costumbres del zuliano, como parte global de la
venezolanidad. Es inadecuado forjar la llamada zulianidad desde una construcción
teórica antropológica ajena a la venezolanidad, tal como las élites marabinas ayer
la asumieron y hoy la vuelven a asumir.
“La tesis de la secesión podía concebirse en el Siglo XIX,
cuando en Venezuela las regiones estaban aisladas, no tenían conexión entre
ellas y no existía un Estado centralizado que, de alguna forma, le diera
coherencia al Estado nacional que para esa época era muy difuso. Pero en pleno
Siglo XXI, cuando Venezuela es un país integrado, con un Estado centralizado, con
sus estructuras bien definidas, carece de toda validez y de justificación
recurrir a argumentos secesionistas”.
Después de esta aclaratoria, Romero establece la diferenciación
histórica entre las propuestas secesionistas que se hicieron en el Zulia en los
siglos XIX y XX y el proyecto que hoy, a comienzos del siglo XXI, se adelanta desde
la Gobernación del estado.
-En los siglos antes citados, el
planteamiento de secesión del Zulia se realizó a través de una discusión abierta.
En cambio, al presente la tentativa se ha ido ejecutando de forma encubierta. Este
nuevo amago se inició con una lenta y progresiva sustitución de los símbolos
del estado, o en su efecto se ha hecho un uso maniqueísta de los elementos patrimoniales
que identifican al Zulia. El gobernador Manuel Rosales ha ido creando un marco colectivo de interpretación
de la realidad sobre el eufemismo de la llamada “Zulianidad”, que se sustenta
en la pausada sustitución de los símbolos del Zulia. En los años 2000 y 2001,
cuando el actual gobernador comenzó su gestión, señalé a través de la prensa
regional el peligro que representaba el uso unilateral que el mandatario
regional estaba haciendo de los emblemas que identifican a este estado. En el
avance de este plan, en algunos casos, la bandera del Zulia ha sido suplantada por
el banderín del partido Un Nuevo Tiempo…Contigo, organización política del
mandatario regional. Ahora entramos a la construcción de una nueva fase, a la
que se ha incorporado un grupo de intelectuales zulianos, quienes adelantan la
conceptualización política-ideológica de esta propuesta secesionista impulsada
por Rosales.
El historiador da razones y, justificadamente, asume un rol
premonitorio. Abre los ojos, mientras reafirma sus palabras.
-En esos años, yo visualicé lo que en la actualidad se está
enarbolando como la bandera política de “La Zulianidad”. Alertamos que ese manejo
maniqueísta era altamente peligroso, sobre
todo porque existe una tradición regionalista muy arraigada en nuestra gente. Hay
que entender al regionalismo como un valor sine
cuanon, desde el punto de vista antropológico y de la formación cultural de
los zulianos. Pero Manuel Rosales está impulsando un planteamiento autonómico
que, según mi punto de vista, en este momento no tiene razón de ser. Desde la Gobernación
de estado Zulia se ha venido construyendo una matriz de opinión basada en que “los
zulianos son diferentes del resto de Venezuela”. Lo preocupante es que los
habitantes de esta región están contentísimos con esta valoración que se le
presenta, ignorando lo que está detrás del planteamiento de la llamada
Zulianidad.
¿Qué
hay detrás del secesionismo?
-Como
en los siglos XIX y XX, quienes hoy promueven y desempolvan viejas agendas secesionistas
o autonómicas lo hacen en beneficio propio, buscando prebendas políticas y
económicas. Lo delicado es que detrás de estos grupos y sus postulados
secesionistas, existen intereses internacionales que tienen como objetivo apoderarse
de las enormes riquezas petrolíferas y carboníferas que posee el Zulia. Uno de
los elementos atenuantes que explica el comportamiento de está élite, es que
aguas abajo del Golfo de Venezuela se hallan reservas estratégicas de gas y
petróleo que duplican las existentes en tierra firme.
También el
historiador destaca que el Zulia produce más del 75 por ciento del petróleo que exporta el país,
contribuyendo con un 10 por ciento al PIB nacional. Esto, junto a las ventajas
geoeconómicas y geopolíticas de su ubicación privilegiada, con una superficie
de algo más de 63 mil kilómetros cuadrados de frente al Mar Caribe, convierte a
la región zuliana en una zona codiciada por las potencias y las grandes empresas
transnacionales.
Romero resalta que al lado de esta
riqueza convive un grupo importante de zulianos que afronta una realidad social
que debe ser superada urgentemente.
-Hay zulianos que se hallan en
condiciones sociales que afectan negativamente su nivel de vida. Así vemos, que
de los diez municipios más pobres de Venezuela, cinco están en el Zulia. Es bien
sabido que en los municipios Mara, Páez, Padilla, Jesús María Semprún y
Francisco Javier Pulgar, de cada cuatro habitantes, tres viven en situación de
pobreza crónica. Por lo tanto, desde el Gobierno central se debe planificar e impulsar
una contundente política de asistencia social dirigida a este grupo de zulianos.
Mediante esta política, se pueden desarticular muchas de las propuestas secesionistas
que se basan en el estado de abandono en que se encuentra esta región.
Divide que algo queda
Romero
señala que la última vez que un movimiento separatista o secesionista se hizo
presente exitosamente en América Latina fue en 1903, cuando Panamá nació como
estado soberano “desprendiéndose” de Colombia. Como ya el thriller comienza a tener
nombre propio, el historiador recuerda que este acto separador aconteció con la
ayuda que a los panameños le prestó del presidente estadounidense Teodoro
Roosevelt, quien envió sus buques de guerra para convencer a los colombianos
que no debían interferir en los planes hegemónicos y estratégicos de
Washington.
-No es fortuito
que los planteamientos secesionistas se estén haciendo en regiones de países
como Colombia, Bolivia y Ecuador, que se caracterizan por poseer
enormes yacimientos de gas y petróleo, grandes fuentes naturales y de agua. En
el caso colombiano, hablamos del sur de Putumayo, región que posee colosales
reservas de petróleo que aún no han sido explotadas por Estados Unidos. Además
esta zona posee la segunda reserva de biosfera del planeta. Otra tendencia secesionista
se está gestando en la región de Santa Cruz, Bolivia. Esta zona, que limita con
Brasil y Paraguay, posee grandiosas riquezas forestales, gasíferas y
petrolíferas, cuyo crudo se refina localmente. En todas estas propuestas
autonómicas hay intereses foráneos.
Desde esta perspectiva, le exponemos al
entrevistado el caso del Embajador de Estados Unidos en Venezuela, William
Brownfield, quien en visita realizada el pasado año a Maracaibo señaló: “Hace
25 años que viví dos años en la República Independiente
y Occidental del Zulia…”.
Después de esta argumentación, le
hacemos otra pregunta y la respuesta de Juan Romero devela definitivamente el rostro
de un monstruo hegemónico que tiene los pies dentro y fuera del país.
-Como
hemos podido observar, las manifestaciones de los segmentos de población que proponen
tener su propio estado son alimentadas por las grandes potencias, sobre todo por
Estados Unidos, con la finalidad de apropiarse de las enormes riquezas
naturales que en ellas existen.
Y,
enfatizando, concluye:
-Ante
esta realidad, el zuliano debe entender que la llamada “Zulianidad” que impulsa
el gobernador Manuel Rosales con el apoyo de sectores políticos y económicos
nacionales e internacionales, no puede ser manipulada ni tergiversada, como
está sucediendo actualmente. El regionalismo es un importante elemento sociológico
y antropológico que forma parte de la venezolanidad. Por eso reitero que una
zulianidad mal entendida representa es un retroceso para el Zulia y para
Venezuela.
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SEÑALES DEL
SECESIONISMO
Entre quienes se han expresado
abiertamente a favor del secesionismo del Zulia, se encuentran los voceros de Rumbo Propio, organización de corte liberal encabezada por, ex dirigente de
Copei y presidente del Centro de Economía de la Oferta.
El
ex dirigente copeyano declaró al diario zuliano La Verdad que “queremos elegir
un gobierno propio. A través de un plebiscito deseamos consultar a los zulianos
si quieren vivir en un sistema económico socialista, como el resto de
Venezuela, o un sistema de economía libre como el que proponemos”.
Según el vocero de Rumbo Propio, “en
el Zulia podemos hacer con el socialismo lo que hicieron nuestros ancestros con
las leyes monopolistas de la
Colonia : se acata pero no se cumple”.
En entrevista
publicada el año 2005 en el semanario marabino Informe, Suárez sostuvo la necesidad de promover un movimiento que exija
la autonomía total del Zulia. A la par, también propone el desconocimiento de
las “leyes malas” de corte socialista del Gobierno nacional, tanto en materia
reglamentaria como tributaria. Igualmente esbozó la conformación de un estado
limitado y la capitalización de cada espacio de la vida pública.
Para Suárez “basta que el Consejo
Legislativo regional reasuma su potestad legislativa y convoque a un referéndum
consultivo, y si el resultado es contrario al socialismo, les decretara a esas
leyes una vacación legal para el Zulia”.
En
esta misma línea secesionista se ubica Julio Portillo, ex
dirigente copeyano y ex embajador venezolano ante República Dominicana cuando
el golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Portillo declaró al diario La
Verdad en octubre pasado que "la independencia del Zulia debe someterse a
la consulta del pueblo".
Por su parte, la
Directora de la Escuela
de Ciencias Políticas de la
Universidad del Zulia, profesora Lucrecia
Morales, considera que llegó el momento de “deslindar al estado Zulia de
este Gobierno nacional y hacerlo por la vía de la emancipación definitiva, es
decir, la autonomía total”.
En lo que ha calificado como su Plan de Vuelo, el partido
Rumbo Propio propone, desconociendo la Constitución que los ciudadanos de la
República Bolivariana de Venezuela aprobaron en 1999, “un Estatuto del Zulia,
ampliamente consagratorio de los derechos individuales y pro libre mercado de la Constitución de 1961.
(…) Agregando el Estatuto los derechos a
tener Gobierno limitado, moneda estable, impuestos reducidos, y cero deuda
externa. Con cupones para la educación, medicina y seguro de los más pobres. El
Estatuto o Carta Constitucional del Zulia decretará inaplicable y sin valor en
la región toda norma contraria a su letra o espíritu”.
Para impulsar esta idea, la agrupación Rumbo Propio tiene
programado realizar en Maracaibo durante el mes de abril de este el Foro
Mundial Libertad y autonomía
regional: El lema de este Congreso Ideológico es: “El socialismo es
un virus, y el liberalismo
es su antibiótico”
Rumbo Propio no esconde el trasfondo político y de
enfrentamiento al presidente Hugo Chávez que contiene su propuesta cuando
afirman: “El día que las instituciones, partidos, gremios, iglesias y estados
de Venezuela se pronuncien contra el socialismo y por el capitalismo liberal,
ese día Chávez hará sus maletas rumbo a Cuba”.
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